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Instintivamente conectamos la música con nuestra capacidad auditiva, pero también la experimentamos a través de otros sentidos. Esta experiencia se aprovecha, especialmente en la educación musical temprana, donde se alienta a los niños a interactuar con la música de manera holística. No se trata solo de escucharla, sino de sentir su presencia.
Incluso las personas con discapacidad auditiva pueden percibir, experimentar y participar en la creación musical, centrándose en las vibraciones y permitiendo que la música fluya a través de su cuerpo, desencadenando diversas emociones. La música, por lo tanto, va más allá de nuestro sentido auditivo, extendiéndose por todo nuestro ser.
Sentir la música para sordos
La música tiene un impacto significativo en nuestro estado de ánimo en poco tiempo, y también influye en funciones físicas como el ritmo cardíaco, la postura y el metabolismo. No solo la melodía es crucial, sino también el ritmo, la armonía y el tempo de la música.
Es interesante destacar que las personas sordas o con problemas de audición pueden experimentar la música hasta cierto punto, generalmente a través de lo que se conoce como música de sentimiento. Se perciben diferentes frecuencias y vibraciones a través de las cavidades del cuerpo, especialmente en las plantas de los pies y las palmas de las manos.
Incluso en casos de sordera, es posible que se pueda percibir tonos individuales y profundos, aunque la armonía y la tonalidad de una canción jueguen un papel menos importante. Los ritmos de bajas frecuencias son especialmente accesibles. La capacidad de percibir música de manera precisa depende del grado y tipo de sordera.
No solo se trata de percibir la música, ya que las personas sordas también pueden participar activamente en su creación. Un ejemplo notable es Evelyn Glennie, una músico escocesa que perdió casi por completo la audición a los doce años debido a una enfermedad. A pesar de ello, logró destacarse como baterista solista y dejó una marca significativa en el mundo de la música.
¿Una persona sorda puede escuchar música?
La respuesta es sí, una persona sorda puede escuchar la música que escucha una persona normal, aunque en ocasiones con limitaciones. Los expertos en audífonos nos comentan que para poder escuchar la música suele ser recomendado apostar por un audífono adecuado. El mismo no solo permitirá escuchar la música en diferentes tipos de entornos, sino que además permitirá hacer una vida más normal porque ayuda a que escuchar sea más fácil.
Las ventajas de los audífonos son muchas, de aquí que los expertos siempre recomienden a las personas con problemas de audición llevar un buen audífono. Eso sí, el audífono no debe ser el mismo para todos, sino que cada persona debe elegir el que mejor se adapta a su problema de audición.
Para poder recuperar la mayor parte de la audición posible a través de los audífonos lo primero que se debe de hacer es realizar un test de audición. El examen siempre debe ser realizado por un profesional que certifique cuales son los problemas reales de audición de la persona. Dependiendo de los resultados, el profesional recomendará al paciente un audífono u otro.
Actualmente en el mercado existen una amplia variedad de audífonos entre los que podemos elegir como podemos ver en https://www.audifonos.es/. En ocasiones puede ser una buena idea optar por un audífono que cuente con adaptación al entorno. Son audífonos que adaptan el sonido a las necesidades del momento, lo que hace que la experiencia sea mucho más positiva. No solo a la hora de escuchar música, sino a la hora de disfrutar de otras experiencias.
Música para favorecer la comunicación en niños sordos
Los peques que tienen dificultades auditivas se enfrentan a retos particulares en el desarrollo de sus habilidades para comunicarse. Esto se debe, por un lado, a la limitación en su capacidad auditiva, pero también, por otro lado, a cómo su entorno y las personas cercanas abordan la sordera.
Un enfoque que abarca varios sentidos en el proceso de aprendizaje, conocido como enfoque multisensorial, puede resultar muy provechoso para el desarrollo de las habilidades comunicativas en estos niños. De esta manera, es posible fortalecer otras áreas de percepción, como el sentido del tacto, la visión o el movimiento, para compensar la falta o reducción en la capacidad auditiva. Además, es importante destacar que los sistemas motor y sensorial están estrechamente interrelacionados, lo que permite que influyan mutuamente.
Es interesante notar que educadores que trabajaron con niños sordos ya empleaban este enfoque hace décadas. Por ejemplo, en 1920, Mimi Scheiblauer utilizaba la música y el movimiento como herramientas para ayudar a los niños con dificultades auditivas. Desde entonces, se han continuado desarrollando enfoques similares para apoyar el desarrollo integral de estos niños.
El enfoque multisensorial
Echando un vistazo al enfoque multisensorial, según la perspectiva educativa de Shirley Salmon en relación con la música, se brinda a los niños sordos la oportunidad de conectar el sonido y el movimiento. En este método, se emplean diversos materiales como bolas de papel japonesas, peonzas, trapos, periódicos y globos. La inclusión de la música a través de múltiples sentidos facilita una gama variada de vivencias y expresiones, respaldando así el desarrollo de habilidades de diálogo y comunicación, así como la práctica de la interacción. Este enfoque guarda similitudes con nuestra metodología en educación musical temprana, conocida como Kling Klong, y observamos de manera constante resultados positivos en niños de diversos orígenes.
La utilización de distintos materiales permite explorar nuevas sensaciones y descubrir las características especiales de los objetos, independientemente de las habilidades lingüísticas. Además, este enfoque contribuye al desarrollo de habilidades como la conciencia espacial y la motricidad.
Los objetivos específicos del enfoque multisensorial abarcan:
- Desarrollar y expandir la percepción.
- Fomentar el aprendizaje social.
- Apoyar el desarrollo de habilidades comunicativas, gestuales y expresiones faciales.
- Asistir en el entrenamiento vocal y las habilidades para hablar.
- Experimentar la música como un elemento organizador.
Una vez más, se evidencia que la música impulsa la construcción de comunidad, la creatividad y diversas habilidades. Es importante destacar que la música es accesible para todos, especialmente cuando se consideran las necesidades y percepciones individuales.