5 características de los Dynaudio EMIT M20 que los hacen especiales

La música siempre ha sido y será una de las principales formas de entretenimiento, vías de escape y medio para transmitir sentimientos, despertar emociones y generar sensaciones en los seres vivos sin necesidad de moverse de un mismo lugar. Desde siempre me he declarado un fan incondicional de cualquier tipo de música y canción, esta consigue llegar a mí profundamente —al igual que a muchas otras personas— y me hace sentir vivo, despierto, alegre, melancólico y feliz. Toda una serie de sensaciones y emociones que no consigue despertar en mí la televisión, por poner un ejemplo.

Hace un tiempo, después de haber estado ahorrando durante varios meses, decidí que era momento de dar el paso y probar lo que hoy se conoce como Hi-Fi, que no significa otra cosa que alta fidelidad. Este tipo de altavoces —leía en comentarios, opiniones y análisis profesionales de expertos— reproducen la música de manera mucho más fiel que cualquier otro altavoz. Es decir, es como escuchar la música directamente desde el estudio en el cual fue grabada —como si la escucharas en directo en el momento de grabación— o como si estuvieras en un concierto en vivo y bien sonorizado.

Por esta razón, tras mucho investigar en todo tipo de altavoces Hi-Fi, me decidí finalmente a realizar la inversión. En este análisis os presento mi valoración con respecto a unos altavoces EMIT M20 de la marca Dynaudio, el último modelo que salió al mercado de esta popular marca.

Sonido Hi-Fi

Efectivamente, ahora entiendo muy bien por qué ha surgido esta distinción entre los altavoces normales y los de alta fidelidad. Lo cierto es que la calidad auditiva en este tipo de altavoces es mucho mejor si se compara con el resto. En el caso de mis EMIT M20 la calidad del sonido es impecable —más de lo que imaginaba—. Estos altavoces tienen un total de 86 dB. Por lo general, el rango de los altavoces de alta fidelidad comprende entre los 84 y los 92 dB, ya que la intensidad del sonido es mucho mayor que en los altavoces normales. Para que te hagas una idea, estos altavoces superan el claxon de un camión pesado en movimiento —que equivale a unos 80 dB, aproximadamente—.

Tweeter de gran calidad

El tweeter es uno de los componentes más visibles de los altavoces —y más importantes—, estos se ubican por encima de los bajos, o subwoofer. En el caso del tweeter del Dynaudio EMIT M20 este consigue potenciar la alta definición del aparato. Y es que con él se amplifica las frecuencias a las cuales se puede reproducir la música. Es decir, permite que los sonidos más agudos puedan ser reproducidos a través de él y percibidos por nosotros —por decirlo de alguna manera—. Por supuesto, esto influye en la alta definición ya que nos permite escuchar sonidos del conjunto de la pieza musical que antes no podíamos. En el caso de mi nuevo altavoz, el rango de frecuencia comprende desde los 50Hz hasta los 23KHz, esta es muy elevada y mejora mucho la calidad de la pista musical. Tal vez los detalles no pueden ser percibidos de manera específica, pero en su conjunto la reproducción varía mucho. El sonido, claramente, es muy superior.

Tamaño reducido

No soy muy fan de los equipos aparatosos e imponentes que, al final, acaban ocupando mucho espacio y molestando en el día a día. Prefiero un altavoz reducido que me ofrezca las mismas posibilidades, como el EMIT M20. Lo cierto es que la industria de la electrónica y de los equipos de sonido tienden cada vez más hacia los aparatos pequeños y con la misma calidad. En mi caso, tengo el altavoz instalado en una estantería y funciona perfectamente. No tiene nada que envidiar a los altavoces de gran tamaño.

Bajos estupendos

Los bajos de este altavoz son, también, uno de los elementos que más me han gustado y que más valoro —razón por la cual los destaco en este análisis—. Su vibración es impresionante, te hace sentir como si estuvieras frente al batería de una banda de rock. Eso sí, los tengo en una estantería bien asegurados para evitar molestar a los vecinos.

Fácil de utilizar

Otra de las cosas que tengo siempre en cuenta es que los aparatos electrónicos que compro sean fáciles de utilizar. Estos altavoces no tienen ninguna complicación, ni tampoco configuraciones adicionales, que al final acaban resultando inútiles. Es tan fácil como conectarlos y listo. Lo cierto es que me ha sorprendido muy gratamente la calidad de los mismos ya que, a pesar de su reducido tamaño, estos son muy compactos y sus prestaciones son excelentes —como en cualquier altavoz de grandes dimensiones—.

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